sábado, 26 de mayo de 2007

Los disparos alrededor nos impiden oír bien, pero la voz humana es diferente de los otros sonidos, puede hacerse oír por encima de ruidos que lo inundan todo, aunque no esté gritando, aunque sea un susurro... hasta el murmullo más leve silenciaría un ejército cuando dice la verdad.

1 comentario:

Yria dijo...

Hablar, susurrar, gritar,... todos alguna vez hemos gritado, nos hemos enfado, hemos hecho cosas de las que no estamos orgullosos, pero, ¿nos arrepentimos? ¿de verdad creemos que una vez hechas, o dichas, o creídas, no las queríamos hacer? Yo creo que no, creo que todos cuando decimos algo en bajito, o gritamos, o susurramos, lo hacemos porque creemos que ese es el momento, ese es el lugar, y esa es la persona... Creo, sinceramente, que nuestros actos nos definen, que nuestras palabras nos describen, que nuestras vivencias configuran nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro. Todo nos marca, todo lo que creemos que es importante para nosotros es lo que nunca olvidamos, lo que más nos marca, lo que se tiene siempre presente...
¿De qué pie cojeamos? ¿Cojeamos o creemos que cojeamos? ¿La gente sabe de que pecamos, cuáles son nuestros fallos? ¿Nuestra gente sabe como somos o sólo mostramos aquello que queremos que se vea de nosotros? ¿Fingimos? ¿Creemos ser algo que no somos?
Cada uno es cada uno... pero la base es algo que, por mucho que lo intentemos, nunca cambia, nos define, nos delata; son como los ojos, que dicen que son el espejo del alma... pero, ¿y si el alma está confusa? ¿qué muestran nuestros ojos? ¿y nuestras palabras?