jueves, 31 de mayo de 2007

La libertad

¿Qué es la libertad? Pasamos gran parte de nuestras vidas siendo esclavos de algo, así que deberíamos entender el significado de esa palabra. Desde niños luchamos para que fuese nuestro tesoro más importante. Luchamos contra nuestros padres, que querían que fuésemos ingenieros, abogados, médicos o arquitectos en vez de escritores, pintores o músicos. Luchamos contra los amigos en el colegio, que ya desde el principio nos escogen para ser víctimas de sus bromas perversas, y sólo después de mucha sangre brotada de nuestras narices y de la de ellos, sólo después de muchas tardes en las que escondíamos a nuestra madre las cicatrices -porque éramos nosotros solos los que debíamos resolver nuestros problemas, y no elllas- conseguimos demostrar que podíamos sobrellevar una paliza sin llorar. Luchamos para conseguir un trabajo del que vivir, trabajamos de repartidores, camareros, para librarnos del famoso chantaje familiar, "nosotros te damos dinero, pero tienes que hacer esto y aquello". Luchamos -aunque sin ningún resultado- por la chica o el chico que amamos en la adolescencia y que nos correspondía, y que acaba dejándonos porque sus padres les convencen de que no tenemos futuro.
Luchamos contra el ambiente hostil del siguiente empleo, donde el primer jefe nos tiene tres horas esperando, y no nos presta atención hasta que hacemos algo realmente absurdo, nos mira sorprendido y, sin saber porque, considera que somos perseverantes y que podemos enfrentarnos al enemigo, cualidades esenciales para el trabajo. Luchamos por un ideal político hasta que descubrimos que escuchar música es más divertido. Luchamos por el amor del primer, segundo y tercer novio o novia. Luchamos para tener el valor de separarnos del primero, del segundo y del tercero, porque el amor no había resistido, y necesitamos seguir adelante, hasta encontrar a la persona venida a este mundo para conocernos, y que no era ninguno de los tres.
Luchamos para tener el valor de dejar el trabajo y lanzarnos a la aventura de escribir un libro, tocar la guitarra o pintar, incluso sabiendo que en nuestro país no había nadie que pudiese vivir de la literatura, de la pintura o de la música. Desistimos al cabo de un tiempo, después de más de mil páginas escritas, mil cuadros pintados y mil partituras hechas, que parecían absolutamente geniales porque ni nosotros mismos éramos capaces de comprenderlas.
Mientras luchábamos, veíamos a personas hablando en nombre de la libertad, y cuanto más defendían este derecho único, más esclavas se mostraban de los deseos de sus padres, de una pareja a la que prometían quedarse junto al otro "el resto de su vida", de la báscula, de los regímenes, de los proyectos interrumpidos a la mitad, de los amores a los que no se podía decir "no" o "basta", de los fines de semana en que se veían obligados a comer con quien no deseaban. Esclavas del lujo, de la apariencia del lujo, de la apariencia de la apariencia del lujo. Esclavas de una vida que no habían escogido, pero que habían decidido vivir porque alguien las había convencido de que era lo mejor para ellas. Y así seguían en sus días y noches iguales, donde la aventura era una palabra en un libro o una imagen en la televisión siempre encendida, y cuando una puerta cualquiera se abría, siempre decían: "No me interesa, no me apetece". ¿Cómo podían saber si les apetecía o no si nunca lo habían intentado? Pero era inútil preguntar: en verdad, tenían miedo de cualquier cambio que viniese a sacudir el mundo al que estaban acostumbrados.
Nos dicen que somos libres, ya lo sabemos antes de que nos lo digan, porque la libertad aún sigue siendo lo que más apreciamos en este mundo. Claro que esto nos lleva a beber vinos que no nos gustaron, a hacer cosas que no deberíamos haber hecho y que no volveremos a repetir, a tener muchas cicatrices en cuerpo y alma, a herir a alguna gente, a la cual acabamos pidiendo perdón en una época en la que comprendemos que podíamos hacer cualquier cosa, excepto forzar a otra persona a seguirnos en nuestra locura, en nuestra sed de vivir. No nos arrepentimos de los momentos en los que sufrimos, llevamos nuestras cicatrices como si fueran medallas, sabemos que la libertad tiene un precio alto, tan alto como el precio de la esclavitud; la única diferencia es que pagas con placer y con una sonrisa, incluso cuando es una sonrisa manchada de lágrimas.

lunes, 28 de mayo de 2007

El sufrimiento nace cuando esperamos que los demás nos amen de la manera que imaginamos y no de la manera con la que el amor debe manifestarse: libre, sin control, guiándonos con su fuerza, impidiéndonos parar.

domingo, 27 de mayo de 2007

A mi pequeño


Te deseo primero que ames, y que amando también seas amado, y que de no ser así seas breve en olvidar, y que después de olvidar no guardes rencores. Deseo, pues, que no sea así, pero que si es, sepas ser sin desesperar.
Te deseo también que tengas amigos, y que, incluso malos e inconsecuentes, sean valientes y fieles, y que por lo menos haya uno en quien puedas confiar sin dudar.
Y, porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos, ni muchos ni pocos, en la medida exacta para que , algunas veces, te cuestiones tus propias certezas, y que, entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo, para que no te sientas demasiado seguro.
Te deseo, además, que seas útil, pero no insustituíble, y que en los momentos malos, cuando no quede nada más, esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.
Igualmente, te deseo que seas tolerante, no con los que se equivocan poco, porque eso es fácil, sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente, y que, haciendo buen uso de esa tolerancia, sirvas de ejemplo a los otros.
Te deseo que siendo joven no madures demasiado deprisa, y que ya maduro no insistas en rejuvenecer, y que siendo viejo no te dediques a desesperar, porque cada edad tiene su placer y su dolor, y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.
Te deseo, de paso, que seas triste, no todo el año, sino apenas un día, pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena, que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana.
Te deseo que descubras, con urgencia máxima, por encima y a pesar de todo, que existen personas infelices, seres oprimidos y tratados con injusticia.
Te deseo que acaricies un gato, que alimentes tus sueños, que crezca tu alma, que pintes, que escuches lo que oigas, porque de esta manera te sentirás bien por nada.
Deseo, también, que plantes una semilla, por minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento para que descubras de cuantas vidas está hecho el mundo.
Te deseo, también, que ninguno de tus sentimientos muera, pero que si muere alguno puedas llorar sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.
Te deseo que siendo hombre encuentres lo que buscas, pero no sin luchar, para que al final recuerdes cada día de lucha.
Además, te deseo que seas valiente, valiente para tomar las decisiones adecuadas y no arrepentirte, valiente para decidir sin amedrentarte, valiente para seguir adelante tras los fracasos, valiente para que los éxitos no te paren.
Te deseo, por fin, que encuentres a la persona con la que cada noche tu alma pueda hablar, a la persona que hable el mismo lenguaje del amor que tú, a la persona que te quiera en la misma proporción que tú, sin desequilibrios y sin descanso, y que cuando estéis cansados y sonrientes, habléis sobre el amor por comenzar.
Y, si todo ésto llegase a suceder, no tengo más que desearte, sino que seas feliz.

Por muy lejos que estés, aunque no me veas ni me escuches, yo siempre estaré contigo.

sábado, 26 de mayo de 2007

Los disparos alrededor nos impiden oír bien, pero la voz humana es diferente de los otros sonidos, puede hacerse oír por encima de ruidos que lo inundan todo, aunque no esté gritando, aunque sea un susurro... hasta el murmullo más leve silenciaría un ejército cuando dice la verdad.

viernes, 25 de mayo de 2007

El maestro

El maestro tenía un búfalo. Los cuernos separados le hacían pensar que, si era capaza de sentarse entre ellos, sería lo mismo que estar en un trono. Cierto día, cuando el animal estaba distraído, él se acercó e hizo lo que soñaba. Al mismo tiempo, el búfalo se levantó y lo lanzó lejos.
Su mujer, al verlo, empezó a llorar.
- "No llores -le dijo el maestro en cuanto consiguió recuperarse-. He sufrido, pero también he realizado mi deseo".

jueves, 24 de mayo de 2007

Mis sueños


"Si yo tuviera telas bordadas de cielo,
tejidas con oro, con plata y con luz,
transparentes telas de un azul sereno,
de noches, de luces y de amaneceres,
a tus pies pondría mis tesoros,
pero en mi pobreza, poseo tan sólo
los sueños que a tus pies extiendo,
pisa suavemente, que pisas mis sueños"

Dani


Llevo tu corazón conmigo, lo llevo en mi corazón,
nunca estoy sin él, allá donde voy vas tú,
y todo aquello hecho sólo por mí, lo haces tú,
no temo al destino, porque tú eres mi destino,
no quiero ningún mundo, porque tú eres mi mundo,
he aquí el mayor secreto que nadie conoce,
he aquí la raíz de la raíz, y el brote del brote,
y el cielo del cielo de un árbol llamado vida,
que crece más de lo que el alma puede esperar
o la gente ocultar,
es la maravilla que mantienen las estrellas separadas,
llevo tu corazón, lo llevo en mi corazón.

martes, 22 de mayo de 2007

Noche y Día

Cuenta una leyenda china la historia de dos amantes que jamás logran unirse. Se llaman Noche y Día. En las horas mágicas del atardecer y del amanecer los amantes se rozan y están a punto de encontrarse, pero nunca sucede. Dicen que si prestas atención puedes escuchar sus lamentos y ver el cielo teñirse del rojo de su rabia.
La leyenda afirma que los Dioses tuvieron a bien concederles algún instante de felicidad y por eso crearon los eclipses, durante los cuales los amantes logran reunirse y hacer el amor.
Tú y yo también esperamos nuestro eclipse, ahora que hemos comprendido que ya nunca volveremos a encontrarnos, que estamos condenados a vivir separados, que somos la Noche y el Día.

domingo, 20 de mayo de 2007


Un viaje de mil kilómetros empieza con el primer paso,
y no hay expedición peor que la que no se inicia.
"de lo poco de vida que me resta
diera con gusto los mejores años
por saber lo que a otros
de mi has hablado,
y esta vida mortal y de lo eterna
lo que me toque, si me toca algo,
por saber lo que a solas
de mi has pensado"

sábado, 19 de mayo de 2007

Pasiones y Virtudes.

Antes de que este planeta estuviese habitado por hombres y por mujeres , vivian en él, Pasiones y Virtudes.
En el planeta Tierra estuvieron viviendo durante cientos y cientos de años, y durante toda una eternidad Pasiones y Virtudes, que se aburrian de lo lindo viendo el transurrir de los siglos, así, cada día, trataban de inventar un juego nuevo al que jugar para que se hiciese más llevadera la larga, larga, larga, larga existencia.
Solía ser la imaginación la que proponía los juegos y un día propuso jugar al escondite. A todos les pareció bien, todos estaban entusiasmados con la idea, pero claro, ¿quién se la liga?.
La primera en levantar la mano fue la Locura: "¡yo, yo me la ligo!", en fin, la locura... "Bueno, está bien, pues ¡ala a contar! Vuelve la cara contra ese árbol y comienza la cuenta mientras el resto nos escondemos".
La Locura se dió la vuelta , volvió su cara contra la corteza del árbol y empezó a contar una cuenta imposible: "1, 7, 2, 55, 88, 3..." y, uno a uno, una a una, se fueron escondiendo todos y todas.
La Locura seguía su cuenta y cada uno iba buscando el lugar más apropiado en el que pensaban que la Locura no los encontraría, poco a poco se fueron escondiendo todos, excepto uno, que tardaba en encontrar el lugar apropiado... ése era el Amor, y es que ya sabéis que el Amor es bastante indeciso, y andaba de un lado para otro sin saber donde meterse.
La Locura seguía con su cuenta: "... 55, 6, 99, 100! ¡Voy!", se dió la vuelta y el Amor se metió en el primer lugar que vió, se metió de un salto en un matorral de zarzas que había allí cerca, allí se coló y se quedó agazapado con la esperanza de que no le viera, y no le vió.
A quien primero se encontró la Locura allí tumbada fué a la Pereza, por la pereza, a la Imaginación la vió entre las nubes, a la Mentira la vió allí pero como era mentira, estaba allí, por la mentira.. Y así, uno a uno fueron apareciendo todos, la Locura fue encontrandolos a todos.
Al poco rato faltaba solamente uno por encontrar, aquel era el Amor, es que ya sabéis que encontrar el amor es bastante dificil.
El juego ya empezaba a hacerse pesado, así que la Locura empezó a impacientarse: "¡Amor sal ya, que se hace tarde!", pero el amor ya sabéis que es muy indeciso y, no solamente uno tarda en encontrarlo, sino que, a veces, tarda demasiado en salir a la luz.
El Amor asustado no salía, y la Envidia, que suele preocuparse bastante más de los demás que de sí misma, se acercó al oído de la Locura y le dijo: "el Amor está allá, oculto en esas zarzas", y la Locura muy enfadada fué hacia las zarzas y empezó a gritar: "¡Amor sal ya, se nos hace tarde!", pero, creo que os he dicho ya, que el amor es indeciso, y que una vez que lo encuentras es dificil de sacarlo.
La Locura muy enfadada trató de meter la mano entre las zarzas para sacar al Amor de las solapas, con tan mala fortuna que se pinchó con una espina, y es que, a veces, hacer salir al amor es doloroso.
La Locura, muy enfadada, arrancó una vara que había junto a las zarzas, la introdujo en el matorral y empezó a agitarla entre las ramas. De repente, sonó un grito. De entre las ramas de las zarzas salió el Amor con las cuencas de los ojos ensangrentadas, la Locura en su locura, al agitar la vara entre las zarzas, le habia sacado los ojos al Amor, dejándolo ciego para siempre.
Todos se quedaron muy callados mirando al Amor con las cuencas vacias, sin saber qué decir, nadie.
Quizá aquella fué la unica ocasión en la que la Locura habló con un poquito de cordura, porque dijo: "No os preocupéis, desde ahora, yo seré sus ojos", y es por eso que desde entonces, familiares y amigos, el amor es ciego y la locura son sus ojos.