miércoles, 20 de agosto de 2008

El surrealismo vuelve a estar de moda

Quien dijo que los muebles de Ikea son sencillos de montar mintió descaradamente. Tengo una lámpara (sí, aquel elemento decorativo tradicional que proporciona luz), recién comprada (bueno, regalada por Sabi), que me he visto incapaz de desembalar, por lo que, visto lo visto, yo me pregunto: ¿es realmente factible hacer una compra en un establecimiento cuyos productos vienen embalados de tal forma que seres imperfectos, carentes de habilidad y pobres de maña (es decir, yo) son incapaces si quiera de abrirlos? ¿merece la pena sentir el desánimo al saberte que quizás, sólo quizás, si no eres capaz de abrir una caja de una lámpara, nunca serás capaz de montar una mesa si para ello he de emplear más de un tornillo?
Bueno, la verdad es que tenía en mente empezar esta entrada de otro modo, pero mi indignación ha sido tal que haceros partícipes de mi evidente incompetencia puede llegar a reducir mi sentimiento de incapacidad.
Lo cierto es que a partir de este lunes, los lunes han dejado de ser días insípidos, sin gracia, llenos de mal despertar con sólo el mero hecho de escuchar el sonido repetitivo y desesperante de un despertador, para convertirse en días de surrealismo y humor.
El caso es que este pasado lunes me desperté con ese infernal ruido golpeándome los tímpanos, me levanté sin ganas después de un fin de semana (largo) en la Costa Brava que aún rezumaba ese olor a vacaciones, sonrisas e ilusiones, y puse rumbo a la cocina, cual zombie en busca del alimento (en este caso cambiando sangre por café). Me tomé el café con el telediario de la mañana cantando esa cantinela de todos los días llenos de maldad, sucesos y muertes, me duché, vestí y salí pitando a coger un bus que siempre pierdo para terminar cogiendo el Tram, y consecuentemente llegar tarde al trabajo.
Pues la mañana transcurrió tranquila llegando la hora de cierre y recibiendo mi primer regalo de santo: chocolate. Para el resto de los mortales (especifico: no raros) les encantaría el chocolate, sea cual sea, pero para los mortales más raros que un perro verde, sólo les gusta el chocolate blanco (aunque he de decir que estaban buenísimos).
Os informo que en el receso he visto la lampara y me propuse que un elemento decorativo no podría conmigo, así que, no sin grandes esfuerzos, he conseguido montar la dichosa lámpara (me encanta Sabi), eso sí: cuchillo en mano.
A grandes rasgos os comento que comimos en un restaurante coreano (que más que coreano parecía japonés con camareros chinos) en el que se hizo el silencio al escuchar la palabra sobreesdrújula, nos pasamos la tarde paseando, compramos una cámara de fotos que desvirgamos con fotos que en un futuro llegarán a valer mucho dinero si alguno de nosotros se hace famoso y hablamos, hablamos, hablamos,...
Lo que hizo de este pasado lunes un día surrealista es que después una cena aliñada con vino y más vino terminamos en la oficina a las doce de la noche, un poco perjudicados por los efectos del alcohol (espero que nadie vea la grabación de esa noche), tras la llamada de la central de alarmas; pero esto no nos parecía suficiente porque terminamos en la playa, porque la luna estaba preciosa, y todo hubiera terminado ahí si no hubiera alguien al que se le ocurrió la maravillosa idea de bañarse en el mar porque sus ovarios son como dos huevos de avestruz! El caso es que, particularmente, terminé con el agua del mar Mediterráneo porque me la llevé para casa en mi vestido.

Moraleja: cuando te despiertas por la mañana nunca sabes donde terminarás la noche.
Conclusión: una de las mejores noches de mi vida y, quizás, muchas estén por llegar.

Un beso para los caminantes.

miércoles, 13 de agosto de 2008

gin tonic & pepino

Acabo de llegar a casa (un poco tarde para una señorita decente como yo), me duele el culo de andar en bici toda la tarde con Sabina y al volver no había nadie por la calle, parecía un desierto (la confirmación fue que, mientras buscaba en el bolso -de Mary Poppins- las llaves de casa, veo que me encontraba rodeada de "pelotas" como de pelo estropajoso, de esas que aparecen en las pelis de John Wayne cuando hay un duelo y falta medio segundo para que desenfunden las pistolas y disparen), aunque he pensado de tal vez no es que sea un desierto sino que no vivo en la zona más transitada de Barcelona.
Bueno el caso es que llego a casa y me recibe mi bonita mascota, como todos los días, en la puerta maullando que parece que no le doy de comer desde hace un mes, y me encuentro el rollo de papel higiénico en mitad del pasillo porque al "rey" de la casa le parece divertido morderlo y despedazarlo como si fuera un ratoncillo con el peligro de un tigre de Bengala, aunque es mucho mejor que se le dé por el papel higiénico que por mi estupendísimo sofá (para todos aquellos que no crean en el repelente de gatos, ha llegado la solución, y está en manos del señor Corte Inglés, sección animales de compañía).
Valoro seriamente la posibilidad de acudir al local de reuniones de Alcohólicos Anónimos, porque ayer cuando fui a cenar con Sabi y Edu, después de la maravillosa cena, el maravilloso vino, la maravillosa conversación y la maravillosa compañía, me metí entre pecho y espalda un maravilloso gin tonic con pepino (pequeño gran detalle -el pepino-), llegué a mi maravillosa casa a las dos de la mañana y me metí en mi maravillosa cama y me sonó el maravilloso despertador a las siete de la mañana, y creí morir!!!
Conclusión: el beber, la nocturnidad y el trabajo matutino no son compatibles; aunque, si he de ser sincera, lo maravilloso de la vida es disfrutar cada día, independientemente del mañana.

martes, 5 de agosto de 2008

Una gota


Porque la vida puede ser una gota que se desliza desde el rincón más extraño.

lunes, 4 de agosto de 2008

¿?

Una persona es definida como un ser racional y consciente de si mismo, poseedor de una identidad propia, en definitiva el ser humano... Ese del que, desde que despertamos, cada día más intentamos alejarnos y huir, en vez de afrontar lo que somos y aceptarnos sin que nos afecte lo que piense el de al lado.

¿Estamos destinados en realidad a huir, a escondernos cuando nos hacen daño?
¿Somos conscientes del daño que nos hacen pero no, en cambio, del que producimos?
¿Somos seres destinados a ser infelices, a buscar algo que no existe?
¿En realidad deberíamos conformarnos y ser felices con lo que tenemos o lo que nos ha tocado, o debemos buscar más allá?
¿Qué hay del sólo hay una vida y debemos aprovecharla?
¿Estamos preparados para tirar por la borda todo aquello que nos da seguridad para buscar más allá?
¿Y si nos equivocamos?
¿Y si damos un paso en falso?
¿Estamos a tiempo de volver atrás, o cuando demos un paso hacia atrás caeremos al vacío sin remedio?
¿Está el ser humano destinado a la eterna duda?
¿Qué hay de la lucecita que ha de brillar en el hombro de la persona que es tu otro yo?
¿Existe nuestro otro yo, o verdaderamente es una invención propia, una creación de una persona que en realidad no existe y que dotamos de adjetivos que cuando no cumplen nuestras expectativas descubrimos un ser falso desprovisto de todas aquellas virtudes que un día le adjudicamos con tanto esmero y dedicación?
¿Existirá el día en que nos creamos felices al 100%, o siempre habrá algo que nos impida esa perfecta felicidad?
¿Somos seres ambiciosos y, como tal, buscamos algo que una vez cumplido ya no sirva y automáticamente ponernos una nueva ambición, o en realidad no es ambición sino metas?
¿Hasta dónde estamos dispuestoa a arriesgar?
¿Cuál es el punto final de la búsqueda?
¿Cuando estaremos satisfechos?
¿Cuándo encontraremos la calma al lado de la persona a la que no quitaremos virtudes, sino que conviviremos con sus defectos, que nos querrán como somos y aceptarán nuestros errores?
¿Cuándo encontraremos el sosiego, esa calma sin que preceda a la tormenta?¿
Cuándo encontraremos sin buscar?
¿Cuándo dejaremos de buscar porque ya no hará falta encontrar?