lunes, 31 de marzo de 2008

Vaya mierda!

¿No os pasa a veces que os gustaría esconderos debajo de las sábanas y no salir hasta que todo tuviese el color que desearais? Pues si no os ha pasado nunca: felicidades! Y a los que le ha pasado supongo que tenemos algo en común.
Ha sido un fin de semana para olvidar, aunque creo que la que está siendo olvidada soy yo, por todos y por nadie... me siento cansada, confundida, enfadada, llena de algo que llamaría impotencia pero que no sería justo denominarlo así,... me gustaría dormir, descansar, no pensar en nada que no fuese en respirar para mantenerme viva.
Hoy, cuando llegué a la oficina después del fin de semana y me preguntaron cómo había ido el finde, creía que me moría, no sabía si tenía deseos de asesinar o de ser asesinada (por lo menos así elimino la mala conciencia).
Creo que la clave del fin de semana ha sido que no ha pasado nada, salvo el sábado por la noche que salí con unos amigos a cenar y a tomar una cerveza.
A veces me pregunto si soy demasiado exigente, si es que necesito todo para ser feliz, si sentirme incomprendida es natural y que me sentiré así el resto de mi vida,... me gustaría pensar que no, que sólo es una impresión mía, locuras de mentes sin descanso, pero ni hoy, ni ayer, ni antes de ayer me he sentido mal, pero sería mentir.
Ayer por primera vez desde que llegué aquí sentí, deseé estar en mi casa, con mi gente, por encima de todo y de todos. Me gustaría ser libre, y que mis actos de libertad no fuesen penados, no tuviesen consecuencias,... pero ya es imposible, tengo 26 años y de mis causas hay efectos.
No me gustó pensar eso, y menos que lo siga pensando hoy, pensé que anoche por ser noche pensaba eso, pero hoy con la luz del sol y el brillo del sol sigue sin apetecerme sonreir. ¿Habré hecho bien? ¿No me arrepentiré? ¿Por qué dudo? ¿de qué tengo miedo?
Vaya mierda!
Habré puesto demasiada carne en el asador y se me habrá quemado, o simplemente se estará haciendo poco a poco, a fuego lento.
No sé, hoy todo es confusión y ya estoy cansada de pensar.

domingo, 30 de marzo de 2008

Territorio comanche (IV)

El horror puede vivirse o ser mostrado, pero no puede comunicarse jamás. La gente cree que el colmo de la guerra son los muertos, las tripas y la sangre. Pero el horror es algo tan simple como la mirada de un niño, o el vacío en la expresión de un soldado al que van a fusilar. O los ojos de un perro abandonado y solo que te sigue cojeando entre las ruinas, con la pata rota de un balazo, y al que dejas atrás caminando deprisa, avergonzado, porque no tienes valor para pegarle un tiro.

sábado, 29 de marzo de 2008

El horror (III)

El horror. Barlés movió la cabeza: la gente no tiene ni puta idea. Cualquier imbécil, por ejemplo, lee El corazón de las tinieblas y cree saberlo todo sobre el horror, así que pasa dos días en Sarajevo para elaborar la teoría racional de la sangre y de la mierda, y a la vuelta escribe trescientas cincuenta páginas sobre el tema y asiste a mesas radondas para explicar la cosa, junto a cantamañananas que no han peleado jamás por un mendrugo de pan, ni oído gritar a una mujer cuando la violan, ni se les ha muerto nunca un crío en los brazos antes de pasar tres días sin poderse quitar la sangre de encima porque no hay agua para lavarse la camisa. Con los compromisos intelectuales, con los manifiestos de solidaridad, con los artículos de opinión de los pensadores comprometidos y las firmas de las figuras de las artes y las ciencias y las letras, los artilleros serbios se limpiaban el culo desde hacía tres años.

viernes, 28 de marzo de 2008

Ojos de miedo (II)

En la guerra, los ojos de un animal herido son idénticos a los de un niño, porque mira a los hombres como el chiquillo mira a los adultos:reprochándoles un dolor que siente y cuya causa no comprende.
Todos aquellos ojos de críos quemados por el napalm, desorbitados por el sufrimiento entre los vendajes que les cubrían la cara, en Jorramchar, en Estelí, en Tiro y en cientos de sitios que también eran siempre el mismo; todos los ojos de todos los niños de todas las guerras eran una larga recriminación sin palabras al mundo de los adultos.
Pero no hacía falta que estuviesen heridos, o muertos como aquel de seis años que filmaron pequeño y solo, con un inútil vendaje en torno a la cabeza, tan frágil con su boca abierta y los brazos y el pecho desnudos, en el suelo de la morgue de Sarajevo.
A veces el horror te aguarda agazapado, tranquilo, en la mirada de un crío vivo cualquiera, en una carretera perdida, en un sótano. En la cara del niño judío que levantaba - ¿levanta?, ¿levantará? - las manos junto a su madre, ante el impasible verdugo nazi en el ghetto de Varsovia. La memoria de un reportero siempre es la memoria de un largo álbum de viejas fotos, de imágenes que a veces se funden unas con otras, de recuerdos propios y ajenos.
Los vertederos llenos de muchachos torturados y muertos, en El Salvador. Las cárceles de Ceaucescu. La toma de la Quarantina por los falangistas libaneses.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Pelusote


"Besitos padrinos"



¿... Nema problema? (I)

- ¿Todo dobro? - le preguntó, haciendo un gesto con la mano hacia el suelo para referirse a los niños -. ¿...Nema problema?
El croata negaba con la cabeza. Cuando Barlés se acercó a la escalera oyó a los críos llorar abajo. Márquez apareció en la puerta, con Jadranka; había entrado filmando, en travelling, por si encontraba dentro algo que mereciera la pena. Barlés hizo un gesto negativo. Lo único a filmar era el sótano, pero el flash estaba en el Nissan. De todos modos, aquel sótano ya lo habían filmado cien veces en cien lugares distintos, y también era siempre el mismo, con las casas en llamas y los muertos que se parecían a Sexsymbol: una madre acurrucada en un rincón, estrechando a dos críos aterrorizados. Una anciana medio inválida con la mirada ausente, absorta en las aguas negras de su pasado, más allá del bien y del mal. Y un hombre con esa tonalidad grasienta, gris, que el miedo da a la piel. Un hombre hu,illado, confuso, incapaz de hacer nada por los suyos. No merecía la pena ir hasta el Nissan, por el flash, para grabar otra vez aquello.
- No merece la pena - le dijo a Márquez.
El cámara se encogió de hombros y salió al patio de la granja. Jadranka hablaba con el hombre en serbo-croata, y éste asentía con aire perplejo, retorciéndose las manos. El cielo sobre la cabeza, pensó Barlés. Nos pasamos la vida creyendo que nuestros esfuerzos, nuestro trabajo, lo que conseguimos a cambio de todo eso, son definitivos, estables. Creemos que van a durar; que nosotros vamos a durar. Y un día el cielo nos cae sobre la cabeza. Nada es tan frágil como lo que tienes, se dijo. Y lo más frágil que tienes es la vida.

jueves, 6 de marzo de 2008

Cataclismo

Mi vida se ha convertido en retazos de momentos dedicados a mi misma, pequeños momentos que tengo que ir recopilando cada día para no olvidarme de que existo a parte de mi trabajo y demás labores domésticas... No me llegan las horas del día para hacer todo lo que quiero, mis días deberían tener 48 horas, sin embargo, creo que si las tuvieran 40 serían para mi jefe para arruinarme la existencia.
Me gusta mi trabajo, he aprendido a quererlo, a saber lo que hago, a gustarme ayudar, pero se está conviertiendo en una pesadilla, llego a casa a mil revoluciones por minuto, lo que me impide relajarme y no pensar en el trabajo, y respiro hondo y no soluciono nada porque se que al día siguiente tendré que ir por encima del tiempo para poder alcanzar las metas del día. No me gusta quejarme, por eso busco, o al menos trato de hacerlo, solución a este estrés permanente que me rodea (ya en el trabajo como en casa con el vaaguete de mi hermano), y sin pensarlo y, mucho menos, esperarlo ayer me ha llegado la solución: he sido finalmente contratada por la entidad. Después de casi un año dando tumbos por infinidad de oficinas por toda Barcelona, con contratos-basura, que en muchas ocasiones eran semanales o, incluso, diarios, ayer me han comunidado oficialmente mi incorporación el 17 de marzo, y, lo que no me esperaba, en otra oficina, y en Diagonal mar, lo que significa que madrugaré menos porque estoy más cerca de casa.
Me da pena irme por Eva, porque me compenetraba bien con ella, pero creo que si me llego a quedar mucho tiempo más en esta oficina en otro mes más sólo sería la sombra de Yria. Esta oficina es nueva, no se como será, pero estoy preparada tanto para lo bueno como para lo malo, y haré todo lo que pueda, como trato de hacerlo siempre. Así que espero que sea un punto de inflexión en mi nueva carrera profesional... os iré contado (porque espero tener más tiempo, por lo menos para respirar con más comodidad).
Debido a esta falta, casi total, de vida personal he tenido muy abandonada a mi gente, a esta gente que está conmigo día y noche, en los que pienso continuamente, por eso debo de disculparme por esta falta de atención, pero tenéis que creerme que cuando son las diez de la noche me quedo profundamente dormida del cansancio que llevan encima mis huesos,... por eso, trataré de cuidaros más, y de que me cuidéis, porque también os necesito a mi lado, tanto como los rayos del sol.