El horror puede vivirse o ser mostrado, pero no puede comunicarse jamás. La gente cree que el colmo de la guerra son los muertos, las tripas y la sangre. Pero el horror es algo tan simple como la mirada de un niño, o el vacío en la expresión de un soldado al que van a fusilar. O los ojos de un perro abandonado y solo que te sigue cojeando entre las ruinas, con la pata rota de un balazo, y al que dejas atrás caminando deprisa, avergonzado, porque no tienes valor para pegarle un tiro.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario