Ayer, como buen domingo, me desperté tarde después de pasar una noche agradable con dos amigos y un tercero, italiano, en discordia...
Terminamos la noche en mi casa fumando marihuana, que tuvo efecto valium, después de unas copas, provocando una somnolencia, cual marmota, en el sofá; abrí un ojo a las ocho de la mañana y nos fuimos reubicando en los habitáculos de mi casa, denominados habitaciones.
Lo malo de los sofás de mi casa es que hay uno bueno y otro muuuuy malo, y supongo que sabéis a quien le tocó el malo, cuyas consecuencias aún estoy sufriendo hoy.
Pues eso, después de ser una buena anfitriona y preparar un buen desayuno de amante consistente en zumo recién exprimido, croisants recién hechos y un buen café con leche, mis huéspedes se marcharon dejándome en casa con otro café y el periódico.
Contra la creencia habitual latente en este país, soy joven e, incluso, después de haber trasnochado, me gusta levantarme temprano el domingo para ir a comprar en periódico, viendo las calles repletas de niños ruidosos y alterados (me encantan los niños) con unos padres con anhelos de lunes para librarse de sus hijos, y recordar, con calma, el silencio de mi casa, y disfrutarlo tal y como lo que es: silencio.
Sí, me gusta el silencio, la calma y el sosiego de los domingos, aunque también me gusta el silencio compartido, el despertarme acompañada un domingo, que me preparen el desayuno y que lo disfruten tanto como yo.
Y que decir de un baño caliente sin prisas, con espuma, con velas, con música y... aquí es donde diría que acompañada mucho mejor pero me abstendré de comentar esa posibilidad. Sin embargo, este vicio dominguero del baño se queda en mera ilusión cuando entro en el baño y veo una ducha, eso sí grande pero insuficiente, pero volveré a recuperar este placer a partír de febrero cuando me traslade a mi nuevo hogar (con una deseable bañera).
Pues eso como buen domingo el periódico trae el semanal (dominical, magazine,... o cualquier réplica de este estilo) que devoro con avidez.
Este domingo, al leer la columna de Perez-Reverte, sobre los "pequeños" inconvenientes de los viajes en avión, no pude más que esbozar una pequeña sonrisa mientras recordaba las mil y una aventuras de mis viajes atravesando el cielo.
Sin embargo, en el semanal de este fin de semana, lo que llamó más mi atención fue la columna de Carmen Posadas; mis labios no dibujaron una sonrisa, sino que la risa afloró hasta convertirse en carcajada, bajo la atenta mirada de Pelusa, y es que esta semana habla de la idealización de la pareja; la verdad es que no tiene desperdicio, os lo aconsejo encarecidamente.
El domingo se coronó con el partido Atlético de Madrid vs Real Madrid, que ha supuesto una gran decepción y un cierre de domingo, que se presentaba como el día del mes, traducido en "chasco", en fin... qué le vamos a hacer! Los hay que nacen con estrella (y con una suerte que flipas) y los hay que seremos sufridores toda la vida.
Sin más dilación demos paso al lunes...
3 comentarios:
A mi se sale la sonrida con lo de la marihuana. Shhhhh, ¿no habrá algún infiltrado de la CIA por aquí? :O) Casi que la puedo oler entre las letras del texo dominguero. Los domingos apacibles tienen su encanto, cuando, recién amanecido el día y las naranjas recién cortadas, te enfrentas a una mesa llena de cosas ricas, con música, lecturas, sabores aún nocturnos... en fin, muy buen despertar. Más info en:
http://kutambarara.blogspot.com/2007/09/todas-las-maanas-del-mundo.html
Me apunto al fumadero.
Buscare la columna de carmen posadas para reir yo tambien.
Un beso licenciada, espero que cuando leas esto ya te hayan llamado para trabajar.
Te echamos de menos mil.
Vota los bubles, tu tambien puedes.
Tito
ALe ale!!! QUe fiestuquín con italiano discordante incluído. Eso ni la Presley esa. Jajaja. Y no sé que decir de los domingos... No me gustan, que me toca de camarero toa la tarde :( Besooos
Publicar un comentario