martes, 5 de junio de 2007

Escribir...

Escribir es una de las actividades más solitarias del mundo. Cada cierto tiempo, miramos hacia el mar desconocido de nuestra alma y vemos que hay algunas islas en él, ideas que se han desarrollado y que están listas para ser exploradas.
Entonces cogemos nuestro propio barco -llamado palabra- y decidimos navegar hacia la que está más próxima. En el camino nos enfrentamos a corrientes, vientos, tempestades, pero seguimos remando, exhaustos, ahora ya conscientes de que nos hemos apartado de nuestra ruta, la isla a la que pretendíamos llegar ya no está en nuestro horizonte.
Aún así, ya no podemos volver atrás, tenemos que seguir como sea o nos perderemos en medio del camino.
Descubrimos una fuerza y un coraje cuya existencia desconocíamos: nos ayudan a aventurarnos por el lado oscuro de nuestra alma, nos dejamos llevar por la corriente, y acabamos anclando nuestro barco en la isla a la que hemos sido conducidos.
Empezamos por obligación, pero de repente "eso" nos posee y ya no paramos; ahora ya no controlamos nuestros pasos, la isla se va descubriendo, somos empujados a través de sus senderos, y nos encontramos con cosas que nunca habíamos pensado ni soñado.
De repente, sabemos que estamos cerca del final, nos posee un sentimiento de vacío, de alguien que ha acabado poniendo en palabras aquello que debería haberse guardado para sí mismo.
Pero ahora tenemos que llegar hasta la última frase, y llegamos. "El libro se escribe, el escritor no es más que el mecanógrofo", nadie sabe por qué la corriente los llevó a determinada isla y no a aquella a la que soñaban llegar.
Para nuestra constante sorpresa, otras personas iban en busca de aquella isla, y la encuentran en lo escrito, y aquello que el escritor creía ser un trabajo solitario se transforma en un puente, en un barco, en un medio por el que las almas caminan y se comunican.
A partir de ahí, ya no somos personas perdidas en la tempestad: nos encontramos con nosotros mismos a través de los que leen, entendemos lo que hemos escrito cuando otros también lo entienden, nunca antes.

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