Existe un momento único, un instante aislado de la etenidad, que precede al momento en que descubrimos la verdad del uno y del otro.
Y este instante singular es el que nos impulsa en la vida... cuando nos sentimos al borde del futuro, volcados al abismo de los sentimientos, justo antes de llegar a a convicción de que alguien nos ama.
Antes de llegar a la convicción de que amaremos a alguien para siempre.
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